La energía cívica
(En memoria de Genaro Vázquez)
A los caídos de Icatepec, Taxco.
Sergio Lugo. Publicado en la revista «Con Taxco» el 27 de abril del 2015.
Acudí este pasado 25 de abril al pueblo de Icatepec, municipio de Taxco, para recordar la liberación de Genaro Vázquez de la cárcel de Iguala. Ocurrido el 22 de abril de 1968, cuando el profesor normalista fingió que le dolía una muela, así un comando armado de diez personas, lo liberó a plena luz del día.
Hace años acudí a este lugar para recordar esta gesta heroica, después por diversos motivos dejé de asistir porque no era un fecha fija para recordar este aniversario, casi siempre se realizaba en los domingos.
En ese entonces conocí a varios compañeros de Genaro que estuvieron en armas, ya era gente de más de 70 años, entre ellos José Bracho, Santos Méndez Bailón, Arturo Miranda. Fue algo insólito para mí, el tener en persona a gente que dio su valioso tiempo y parte de su vida en luchar por la democracia de Guerrero.
Pero para el gobierno del PRI ellos fueron roba-vacas, rancheros, ladrones, fugitivos, en fin, una serie de adjetivos mal intensionados para ponerlos en contra del pueblo, sin embargo la figura de Genaro Vázquez, era muy carismática, porque él había trabajado con los campesinos desde finales de los 50’s, porque hizo un trabajo y estructura en cada pueblo.
Genaro participó en luchas electorales, contra la caída del General Caballero Aburto, -junto con Don Pablo Sandoval, que hoy a más de sus 95 años, sigue luchando, y con el joven también Lucio Cabañas-, después participó en una lucha electoral para Gobernador, y recibió su gente una masacre también en Iguala de todos conocida.
Así surgieron y se fortalecieron los famosos “cívicos”. Mi tío político Gustavo Martínez –quien fue Presidente Municipal de Taxco, ya fallecido- me contó hace seis años, que él fue Tesorero de la Asociación Cívica Guerrerense, antes de convertirse ACNR, cuando la lucha era democrática y electoral, y que después cuando Genaro se volvió guerrillero, invitó a mi tío, pero él no aceptó porque tenía a su mujer y cuidaría de lo que después sería su familia, Genaro amablemente le respondió que no había problema porque ese asunto era voluntario, y siguieron siendo amigos.
Esa anécdota surgió porque por aquella época presenté el libro de Armando Lenin Salgado “Una vida de guerra” que habla entre varios hechos, sobre una entrevista que le realizó a Genaro Vázquez, en la Sierra de Guerrero. Además con mi tío, desde pequeño siempre platiqué sobre cultura.
A mí siempre me provocó bastante alegría, coraje, emoción y anhelos, acudir a Icatepec, para recordar ese hecho. Este sábado regresé, el camino de Puente Campuzano, ya está mejor, una parte ya está medio pavimentado y así llegamos más rápido, la gente de allá es amable, pero lo que me cala, es la pobreza, sobre todo de los adultos mayores, y algo que me recordó a Juan Rulfo: la sequedad, el sol, la desolación, la lejanía, del paisaje, sobre todo del cerrito donde está colocada una placa con el nombre de los caídos cívicos, ahí sólo hay tierra árida y casi por ende: pobreza.
Vi a un cerdito, bañándose con escasa agua, en una especie de barranquita, seguro él se estaba muriendo de sed, los demás animales, burros, perros, todos flacos, falta comida, falta agua, falta justicia.
Unos compañeros partieron caminando de Iguala a casi a las 8 de la mañana, hasta el cerrito que menciono, ellos llegaron casi a la una de la tarde, con la bandera roji-negra, su estrella y las iniciales de la ACNR. Muchas señoras caminaron todo el trayecto, unas provenían de Ixcateopan y otras de Iguala.
Entre los oradores, estuvieron mis compañeros Los Tlacuilos, que son danzantes, y blasfeman con la iglesia católica como institución y contra el gobierno. Ella habló sobre su sentir de su patria, como recordando a José Emilio Pacheco.
Otros hablaron porque sus parientes estuvieron con Genaro, dieron una explicación del contexto en que se vivió aquella época, y otros provenientes de la Chilpancingo, se manifestaron en contra de las elecciones y que en lugar de eso, existan asambleas populares en la capital y demás municipios de Guerrero, esa fue una opinión que muchos compartieron.
Ahí estaba Goyito Fernández –de quien ya he escrito-, cuya hija Tania Fernández y nieta también se congregaron para homenajear al guerrillero guerrerense, él dio su experiencia sobre el hecho de Icatepec y Tania interpretó con ahínco dos poemas “Sin y yugos ni cadenas” de José de Molina y “Nos faltan 43” de Balam Gardeño.
Me dio gusto y sorpresa ver a Guillermo Sotelo, de la Costa Grande, quien fue también médula de la ACNR y de Genaro Vázquez, a él lo conocí en el plantón de AMLO en el zócalo en el 2006, él me tuvo mucha confianza y me brindó su amistad, hoy 9 años después volví a saludarlo, fue muy conmovedor, por supuesto ahora está más grande de edad, pero su energía combativa me revitaliza, esa es la energía cívica que me hace continuar en el sendero de Izquierda, es gracias a Genaro Vázquez y la ACNR: www.redsocialclub.wordpress.com
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